martes, 30 de junio de 2015

SOLOMILLO DE CERDO AL PEDRO XIMÉNEZ

El otro día mi cuñado trajo una botella de vino Pedro Ximénez (vino dulce de pasas), como yo no soy muy dado a tomar vino dulce en el postre, procuré darle otro uso.

El éxito de la receta fue tan grande, que creo que voy a tener que comprar botellas de Pedro Ximénez.

Es una receta muy socorrida cuando tienes varios comensales, incluso mas de diez y muy fácil de hacer, sino comprobadlo.


INGREDIENTES PARA SEIS PERSONAS:

- Dos solomillos de cerdo.
- Dos cebollas grandes.
- 150 ml. de vino Pedro Ximénez.
- 300 ml. de caldo de pollo.
- Dos cucharadas soperas de harina de trigo.

- Pimienta negra molida.
- Sal.
- Aceite de oliva.


ELABORACIÓN:

Cortamos los dos solomillos en medallones de 2 a 3 cm. y los salpimentamos.


En un perol ponemos aceite, algo mas que cubrir la base y cuando esté caliente echamos los medallones de solomillo, y simplemente los sellamos, es decir, dejando el interior crudo, que luego ya se hará con la salsa.


Retiramos y reservamos los solomillos.

En el mismo recipiente echamos las dos cebollas cortadas en juliana con un poco de sal y cocinamos.


A los 10 minutos la cebolla se pondrá pocha.


Es el momento de añadir las dos cucharadas de harina.

Removemos y mezclamos, cocinando durante dos minutos, procurando no se queme la harina..


Lo pasamos todo por la batidora.


Añadimos el caldo de pollo casero y el vino Pedro Ximénez.

Volvemos a utilizar la batidora para mezclar la cebolla y la harina bien con el caldo.

Otro día abriré una etiqueta de caldos, para que sepáis hacerlos caseros y después podáis congelar y tener siempre a mano, caldos caseros, de pollo, carne, verduras o pescado.

Este en concreto estuvo dos horas a fuego lento en ebullición.


Cuando empiece a hervir añadimos los medallones de carne y cocinamos de 20 a 30 minutos.

Cuando se haya reducido un poco el caldo y veamos que empiece a ser salsa, apagamos el fuego y dejamos reposar.


Luego emplatamos.

El sabor de las pasas, junto con el caldo de pollo casero y el solomillo que estará tierno, aseguran el éxito total.


Del éxito del plato cuento una anécdota.

Al terminar de comer, me había sobrado salsa en la cacerola y comento, no se si tirarla o congelarla para otro día.

A lo que mi hija me dice, !tirarla!, eso es un pecado, yo me la llevo.

Y mi hija, no se si la conocéis, pero es bastante cocinillas y exigente.

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